La co-ocurrencia de autismo y TDAH, a menudo denominada con el término no clínico AuTDAH, representa una condición compleja y fascinante que pone de manifiesto las intersecciones entre dos neurodivergencias distintas, pero frecuentemente superpuestas.
Aunque la investigación sobre esta condición aún está en evolución, ya está claro que un porcentaje significativo de individuos que cumplen con los criterios diagnósticos para TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) también cumple con los criterios para autismo (Trastorno del Espectro Autista), y viceversa.
Se trata de una comorbilidad que solo recientemente se ha considerado en la práctica clínica.
De hecho, hasta 2013, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), utilizado globalmente como referencia para los diagnósticos psicológicos, no permitía que una persona recibiera simultáneamente un diagnóstico de autismo y TDAH.
Esto se debía a que el DSM-IV consideraba ambas condiciones como mutuamente excluyentes: el diagnóstico de una excluía automáticamente a la otra.
Con la introducción del DSM-5, este paradigma cambió.
Los criterios diagnósticos actualizados reconocieron que las características del autismo y del TDAH pueden coexistir en la misma persona, abriendo la puerta a una comprensión más matizada de las neurodivergencias.
Este cambio ha tenido un impacto significativo, ya que permitió que muchos individuos que antes se encontraban en una especie de “tierra de nadie” diagnóstica pudieran finalmente obtener un reconocimiento adecuado de sus experiencias.
Ahora seguramente te estás preguntando: “¿Pero cómo distinguir TDAH y autismo?”
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno del espectro autista (TEA) son dos condiciones que a menudo generan debate clínico, debido a la complejidad para distinguirlas, ya que presentan diversas características en común.
El eje del debate médico es la distinción entre ambos, lo que a menudo dificulta formular un diagnóstico correcto, especialmente en los más pequeños, y comprender cuándo se superponen.
La superposición de ambos trastornos se denomina comúnmente AuDHD (reiteramos que hasta la fecha es un término no clínico), y presenta un cuadro clínico complejo, caracterizado por una combinación de las características de las dos condiciones mencionadas.
A continuación, profundizaremos en las diferencias, similitudes y superposiciones entre ambos trastornos.
AuDHD: ¿qué es y cuáles son las intersecciones entre autismo y TDAH?
El autismo y el TDAH tienen características distintas, pero a menudo comparten ciertos rasgos que pueden superponerse, lo que hace compleja la diagnosis diferencial.
Las características contrastantes del AuTDAH, que combinan rasgos de autismo y TDAH, pueden generar una dinámica compleja y, en ocasiones, un conflicto interno que hace único el funcionamiento de quien vive ambas condiciones.
En particular, es necesario considerar elementos como:
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Orden y desorganización: Las personas autistas tienden a preferir el orden y la previsibilidad, mientras que las personas TDAH a menudo enfrentan desorganización crónica. Cuando conviven estas dos características, puede surgir una tensión interna constante.
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Necesidad de organización y dificultad para mantenerla: Una persona AuDHD puede desear que su espacio esté organizado de una manera particular, pero tener dificultades para mantenerlo constantemente en orden debido a la desatención y la falta de constancia típicas del TDAH. Esto puede generar un ciclo en el que se alternan momentos de intensa organización (cuando predominan los rasgos autistas) con períodos de desorden (cuando los rasgos TDAH toman el control), provocando frustración por la incapacidad de mantener un estado estable.
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Ejemplo práctico: El escritorio de una persona AuDHD puede estar perfectamente ordenado un día, con objetos colocados de forma simétrica, y al día siguiente lleno de papeles y materiales dispersos, generando un malestar creciente por la alteración del orden deseado.
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Rutina y multitarea: El autismo suele asociarse con la preferencia por hacer una sola cosa a la vez, siguiendo una secuencia predecible, mientras que el TDAH a menudo lleva a un multitasking compulsivo y a la gestión simultánea de múltiples actividades. Esta combinación puede generar una tensión interna considerable.
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Deseo de estabilidad frente a atracción por lo nuevo: Una persona AuDHD puede desear seguir una rutina precisa, pero al mismo tiempo sentirse abrumada por el aburrimiento, buscando nuevos estímulos y abandonando frecuentemente lo que está haciendo. Esto puede generar insatisfacción tanto por la repetitividad de las rutinas como por la inestabilidad causada por su abandono.
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Ejemplo práctico: Un adulto AuDHD podría planificar un día estructurado con actividades definidas, pero interrumpir continuamente el plan para seguir pensamientos o proyectos espontáneos, terminando sin completar nada y sintiéndose frustrado por la falta de coherencia.
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Intereses especiales e intensidad variable: Los intereses especiales en el autismo tienden a ser estables, profundos y duraderos, mientras que en el TDAH la atención hacia un nuevo interés puede ser intensa pero breve. Esta combinación puede generar una experiencia única y dinámica.
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Intereses persistentes y momentáneos: Una persona AuDHD puede desarrollar intereses especiales que combinan características de ambas condiciones, como una inmersión profunda en un tema que se vuelve rápidamente absorbente, pero que luego se abandona en favor de otro interés igualmente intenso.
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Ejemplo práctico: Un adolescente AuDHD podría dedicar semanas a construir un proyecto técnico complejo, pero perder repentinamente el interés y comenzar un nuevo hobby con la misma intensidad, dejando incompleto el proyecto anterior.
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Estimulación sensorial y búsqueda de novedad: El autismo suele asociarse con una hipersensibilidad sensorial, mientras que el TDAH se relaciona con una subestimulación cerebral, que busca continuamente nuevos estímulos para funcionar de manera óptima. Este contraste puede generar una percepción sensorial ambivalente.
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Sobrecarga y subestimulación: Una persona AuDHD puede sentirse rápidamente abrumada por ruidos, luces u olores intensos, pero al mismo tiempo buscar estímulos nuevos y fuertes para evitar el aburrimiento o mantener la concentración. Esta dinámica puede generar situaciones en las que los estímulos son a la vez deseados y rechazados.
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Ejemplo práctico: Un individuo AuDHD podría poner música a alto volumen para concentrarse en una tarea, pero apagarla de repente porque el volumen se vuelve insoportable, oscilando entre la necesidad de estímulos y la búsqueda de calma sensorial.
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Contrastes y equilibrio en la vida cotidiana: Aunque los rasgos distintivos del autismo y del TDAH puedan parecer conflictivos, en algunos casos pueden generar un equilibrio único.
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Adaptación creativa: La combinación de orden y desorganización puede dar lugar a soluciones de compromiso, como espacios que parecen estéticamente ordenados en la superficie pero que esconden armarios o cajones desorganizados.
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Gestión personalizada: Muchas personas AuDHD desarrollan estrategias únicas para equilibrar estos contrastes, como el uso de herramientas visuales para planificar actividades (apreciadas por la estructura en el autismo y útiles para mantener el focus en el TDAH).
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A pesar de las dificultades que pueden surgir de la coexistencia del autismo y el TDAH, algunas personas encuentran formas creativas de aprovechar las características de ambas condiciones.
Por ejemplo, la combinación de hiperfoco y multitarea puede hacer que las personas AuTDAH sean especialmente hábiles en actividades creativas o analíticas.
Sin embargo, esta complejidad requiere una comprensión profunda y personalizada, ya que los desafíos pueden variar significativamente de un individuo a otro.
Con el apoyo adecuado, muchas personas AuDHD logran encontrar un equilibrio y transformar los rasgos contrastantes en puntos fuertes.
TDAH y autismo: relación entre los dos trastornos (AuDHD)
Los trastornos neuropsiquiátricos como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y el TEA (Trastorno del Espectro Autista) presentan síntomas que, en muchos casos, se superponen debido a sus similitudes.
Según lo descrito en el manual DSM-5, ambas condiciones se caracterizan por disfunciones en los procesos cognitivos y conductuales. Estos trastornos (TDAH y TEA), aunque se manifiestan de manera diferente según el individuo, presentan características que pueden observarse tanto durante la infancia como en la edad adulta.
Aunque puedan parecer similares, TDAH y TEA se diferencian en la manera en que estas dificultades se manifiestan en la persona.
A continuación, se presenta una tabla de distinción:
| Dificultades de Atención | Relaciones Sociales | Hiperactividad | |
| TDAH | La dificultad de atención está presente en todas las actividades realizadas por la persona TDAH, generando una distracción continua y persistente que compromete la capacidad de concentrarse en tareas, incluso si son de corta duración. | Los problemas surgen principalmente de la impulsividad, que caracteriza el comportamiento y genera con frecuencia dificultades para mantener relaciones. Las personas TDAH tienen dificultades para regular sus impulsos, pudiendo asumir comportamientos sociales inadecuados (por ejemplo, interrumpir frecuentemente a los interlocutores, no respetar los turnos de palabra en un grupo, tener reacciones impulsivas). | Esta es una característica clave, muy presente en la vida cotidiana del sujeto. Se manifiesta con un comportamiento hiperactivo que se traduce, en la práctica, en dificultades significativas para permanecer sentado o mantener una postura sedentaria, incluso en situaciones que lo requieren. |
| TEA | La atención está comprometida pero no ausente; se centra exclusivamente en ciertos intereses, llamados “intereses absorbentes” (que pueden abarcar actividades como armar puzzles, ver repetidamente la misma película) y dominan el comportamiento del sujeto, limitando la concentración en actividades que no forman parte de estos intereses específicos. | Las dificultades son más profundas e involucran aspectos como la comprensión de la comunicación no verbal, la lectura de señales sociales y la interacción adecuada con los demás. Las personas TEA pueden tener grandes dificultades para captar el tono de voz de otros, la expresión facial (propia y ajena) y la comprensión del lenguaje corporal de los demás. | Lo que puede parecer hiperactividad suele ser un comportamiento repetitivo o estereotipado, como mecerse o insistir en movimientos rituales repetidos (stimming). Este tipo de comportamiento no es una expresión de exceso de energía, sino una forma de manejar situaciones de confusión y ansiedad cotidiana. |
El diagnóstico de AuDHD
El AuDHD es una condición caracterizada por un conjunto de síntomas entrelazados, que se diagnostica cuando la persona cumple simultáneamente los criterios diagnósticos de ambos cuadros: TDAH y autismo.
En estos casos, el diagnóstico se fundamenta en la observación de una combinación de rasgos característicos tanto del TDAH como del TEA, tales como las dificultades de atención, la impulsividad, los comportamientos repetitivos y las dificultades en las interacciones sociales.
Implicaciones del AuDHD en la vida cotidiana
Las personas AuDHD (es decir, aquellas a las que se les diagnostica la coexistencia de TDAH y autismo) afrontan diversas desafíos en la vida diaria, ya que conviven simultáneamente con características como dificultades para mantener la atención, gestionar el tiempo, controlar la sensibilidad sensorial y la hiperactividad. Las dificultades mencionadas pueden influir en distintos aspectos de la rutina, como:
- el mantenimiento de la atención en la escuela o en el trabajo,
- la gestión de la energía,
- el relacionarse con los demás.
Identificar y comprender estos obstáculos es esencial para intentar mejorar la calidad de vida, lo cual puede lograrse mediante un diagnóstico oportuno. Cada persona es única, por lo que las distintas características pueden potenciarse o compensarse entre sí.
También es fundamental la difusión de información, para que la familia, es decir, la primera red de apoyo, pueda comprender y ofrecer un acompañamiento adecuado para afrontar los desafíos cotidianos y proporcionar un entorno estable.
Aunque la coexistencia de TDAH y autismo conlleve dificultades significativas, también es importante reconocer sus puntos fuertes: la combinación entre la atención hiperfocalizada típica del TEA y el pensamiento rápido y flexible característico del TDAH suele dar lugar al surgimiento de talentos en diversos ámbitos y a una marcada capacidad para la resolución creativa de problemas.
El diagnóstico y la gestión del TDAH y del TEA son actualmente complejos, especialmente cuando los síntomas de ambos cuadros se superponen, dando lugar a la condición de AuDHD.
Es fundamental comprender las características comunes y distintivas, utilizando un enfoque multidisciplinar para ofrecer un diagnóstico preciso.
Sigue siendo importante encontrar una clínica psicológica especializada en ambos cuadros, es decir, un centro clínico AuDHD.
Este es un contenido divulgativo y no sustituye el diagnóstico de un profesional. Si te ha gustado el artículo, compártelo.
Fuentes:
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30903299/
- https://www.frontiersin.org/journals/psychiatry/articles/10.3389/fpsyt.2022.837424/full?trk=public_post_comment-text



