El pensamiento divergente, también conocido como pensamiento lateral, puede definirse como la capacidad de generar muchas ideas diferentes y originales en respuesta a un problema.
A menudo se considera un indicador de creatividad, ya que implica la capacidad de pensar fuera de lo convencional y encontrar soluciones únicas.
Se contrapone al pensamiento convergente, es decir, aquel proceso cognitivo que se centra en encontrar la única mejor solución a un problema, a menudo asociado con la lógica, la deducción y la resolución de problemas que requieren una respuesta correcta.
Al centrarse en una sola solución “correcta”, el pensamiento convergente puede, sin embargo, limitar la generación de ideas innovadoras y creativas. Las soluciones fuera de lo común podrían no explorarse adecuadamente, lo que hace que se descarten potenciales caminos eficaces y funcionales.
El TDAH presenta una serie de desafíos, pero también ofrece notables oportunidades en términos de niveles excepcionales de creatividad e innovación y una propensión hacia el pensamiento divergente.
A través de este método espontáneo y libre de pensamiento, un adulto TDAH es capaz de establecer conexiones que otros podrían pasar por alto, permitiéndole ver los problemas desde diferentes perspectivas.
Esta capacidad de generar múltiples ideas puede llevar a soluciones innovadoras y descubrimientos en diversos campos, como el arte, la ciencia y el emprendimiento, convirtiéndose en un recurso valioso desde el punto de vista laboral y profesional.
Un cerebro TDAH está adaptado para explorar territorios inexplorados, haciéndolos resolutores naturales de problemas creativos.
La naturaleza neurodivergente del TDAH se traduce a menudo en personas que desafían las normas tradicionales y piensan fuera de lo convencional.
Sus mentes tienden naturalmente hacia ideas y enfoques no convencionales, y estas perspectivas únicas pueden ser un recurso valioso en campos como el marketing, la publicidad y el diseño, donde la innovación, la originalidad y la creatividad son muy buscadas, permitiendo capitalizar no solo en la expresión creativa, sino también en el éxito profesional cuando el pensamiento divergente se canaliza de manera saludable.
Dado que muchas personas TDAH deben enfrentarse a desafíos diarios debido a su complejidad neurobiológica, han aprendido métodos únicos para manejar los síntomas de la condición.
Vivir con TDAH ofrece una perspectiva muy diferente del mundo y fomenta abordar tareas y situaciones de manera distinta a los demás, lo que se traduce en pensamiento innovador y creatividad fuera de lo común, además de otras cualidades muy positivas como la espontaneidad, la curiosidad y la resiliencia.
De hecho, a pesar de que el trastorno puede presentar dificultades en determinadas áreas, muchas personas TDAH poseen una capacidad única para pensar fuera de lo convencional y generar ideas innovadoras a menudo de manera no convencional.
Al abrazar las fortalezas asociadas con el TDAH , los adultos con diagnóstico de TDAH pueden desbloquear todo su potencial creativo y aquello que aparentemente podría parecer un “problema” puede convertirse en una riqueza y fortaleza importante.
¿Por qué el pensamiento divergente puede parecer un problema?
El pensamiento divergente, aunque sea un recurso valioso, puede percibirse como un problema en personas TDAH.
De hecho, el pensamiento divergente a menudo se percibe como poco concreto o poco práctico porque tiende a explorar múltiples soluciones y caminos alternativos, algunos de los cuales pueden parecer más complejos o menos inmediatos que las soluciones convencionales.
Este enfoque puede dar la impresión de falta de concreción porque no se centra inmediatamente en una única solución “práctica”.
Sin embargo, se olvida que la propensión a explorar soluciones no convencionales puede llevar a descubrimientos significativos e innovaciones que mejoran procesos, productos y servicios.
Los motivos que llevan a considerar que el pensamiento divergente es un problema son, en particular:
- Distracción y Desorganización:
- Dificultad para Completar Tareas: La tendencia a distraerse fácilmente puede impedir completar las tareas, dando la impresión de que el pensamiento divergente es ineficaz.
- Caos y Confusión: La desorganización puede crear un entorno caótico que dificulta seguir un plan estructurado.
- Impulsividad Negativa:
- Decisiones Apresuradas: La impulsividad puede llevar a decisiones rápidas sin una evaluación profunda de las consecuencias.
- Incoherencia: Saltar de una idea a otra sin desarrollarla completamente puede parecer improductivo.
Relación entre Hiperfocalización y Pensamiento Divergente en personas TDAH
El motor interno que alimenta la curiosidad en personas TDAH es el mismo que se manifiesta en la habilidad de la hiperfocalización (hyperfocus en inglés), ese rasgo típico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad que puede otorgar una ventaja tanto en la realización de ciertas tareas como, sobre todo, desde el punto de vista de la creatividad.
Cuando las personas TDAH están muy interesadas en una tarea o tema específico, pueden entrar en un estado de hiperfocalización donde su atención alcanza niveles prácticamente quirúrgicos.
Este intenso nivel de concentración les permite sumergirse en su trabajo, excluyendo distracciones y produciendo resultados extraordinarios; además, este estado de flujo y fijación puede ser profundamente gratificante.
La relación entre hiperfocalización y pensamiento divergente en personas TDAH es compleja y fascinante.
Se trata de fenómenos aparentemente opuestos pero que, en realidad, pueden coexistir e interactuar de maneras que influyen profundamente en la creatividad y productividad de las personas TDAH.
La aparente contradicción radica en que el pensamiento divergente genera una multitud de ideas y posibilidades, mientras que la hiperfocalización implica una concentración prolongada en un interés específico.
Sin embargo, ambos pueden complementarse de manera significativa.
La hiperfocalización puede amplificar el pensamiento divergente, permitiendo que la persona explore en profundidad una idea o interés específico, llevando a intuiciones y soluciones innovadoras. Además, durante la hiperfocalización, un individuo TDAH puede desarrollar de manera detallada y profunda una idea generada por el pensamiento divergente, creando algo nuevo y significativo.
La intensa focalización de la hiperfocalización puede ayudar a canalizar la energía del pensamiento divergente hacia un proyecto específico, permitiendo que la persona complete ideas creativas que de otro modo podrían quedar inconclusas.
Esto permite transformar la creatividad en resultados tangibles.
Aunque equilibrar estas dos dinámicas puede ser un desafío —ya que el pensamiento divergente fomenta la flexibilidad y exploración, mientras que la hiperfocalización implica concentración prolongada—, esta interacción puede conducir a soluciones superiores y más completas.
Creatividad vs perfeccionismo tóxico
En un adulto TDAH, la hiperfocalización y el proceso creativo que de ella se deriva suelen ser un salvavidas y un talento que puede prevenir actitudes dañinas relacionadas con la performatividad en el trabajo y la vida diaria.
Una de estas manifestaciones del comportamiento del TDAH es la aún poco discutida en España del perfeccionismo tóxico.
El perfeccionismo tóxico es esa actitud común en ciertas personas TDAH de exigir a otros o a sí mismos un nivel de desempeño extremadamente alto o incluso impecable, por encima y más allá de lo requerido por la situación (definición de la American Psychological Association). Este fenómeno psicológico puede verse como una respuesta exagerada a errores pasados asociados con el TDAH o a sentimientos de insuficiencia. El perfeccionismo puede manifestarse como autopresión o incluso como un medio de procrastinación.
Las personas TDAH también pueden beneficiarse del fortalecimiento de las funciones ejecutivas, sobre todo mediante procesos creativos saludables que surgen de una hiperfocalización correctamente canalizada. La motivación y gratificación que estos comportamientos proporcionan ayudan a combatir tanto la procrastinación como otros comportamientos contraproducentes que alimentan el perfeccionismo tóxico.
Pensamiento divergente: 5 consejos creativos
Aquí algunos consejos que un adulto TDAH puede poner en práctica para optimizar el rasgo creativo del pensamiento divergente:
- Aprovechar los momentos de hiperfocalización para organizar sesiones de brainstorming, ideación y todas aquellas actividades creativas que se pueden hacer solo o, mejor aún, en grupo.
- La distracción puede generar nuevas ideas. ¿Cómo? A veces puede traducirse en soñar despierto, alimentando flujos creativos, pero es necesario prestar suficiente atención para plasmar estas ideas en papel si se desea utilizarlas.
- Seguir la intuición y dejarse inspirar por temas e ideas aparentemente no relacionadas. Trazar paralelismos entre conceptos aparentemente desconectados y explorar cómo las ideas de un dominio pueden aplicarse a otro es clave para la contaminación de ideas que puede conducir a soluciones innovadoras y no convencionales.
- Aceptar la ambigüedad y la incertidumbre: el pensamiento divergente en TDAH puede prosperar en situaciones ambiguas o inciertas. Aprender a aceptar la ambigüedad significa verla como una oportunidad de exploración y descubrimiento, desafiando hipótesis, replanteando problemas y explorando múltiples perspectivas para descubrir nuevas ideas y posibilidades.
- Involucrarse en actividades creativas: participar en actividades creativas que estimulen la imaginación y promuevan el pensamiento divergente. Esto puede incluir actividades como dibujar, pintar, escribir, improvisar o incluso dedicarse a hobbies que generen inspiración aunque sea temporal. Todas estas actividades pueden ayudar a liberarse de las restricciones del pensamiento lineal y convencional, fomentando una mentalidad más imaginativa y conduciendo a beneficios positivos en la gratificación y la motivación de vivir con TDAH.
Todo esto también se puede lograr gracias al apoyo psicológico.
Confiar en profesionales de la salud mental, como psicólogos especializados en TDAH y psicoterapeutas especializados en TDAH, puede ayudar a las personas que viven con esta neurodivergencia no solo a desarrollar estrategias de afrontamiento y mejorar la gestión de los síntomas del TDAH, sino también a poner de manifiesto su gran potencial, escondido precisamente en características como el pensamiento divergente.
El secreto del TDAH: es CÓMO hacerlo, no QUÉ hacer
La importancia de “cómo lo haces” como persona con TDAH no puede subestimarse. Aunque es fundamental saber qué hacer para manejar los síntomas y desafíos del TDAH, la manera en que se implementan estas estrategias marca una diferencia significativa en la efectividad general.
Comprender el “cómo” implica desarrollar autoconciencia, autorregulación y mecanismos de comportamiento subjetivos. Todo esto requiere reconocer las propias fortalezas, límites y factores desencadenantes únicos, y adaptar las estrategias en consecuencia. Centrarse en cómo actuar como adulto TDAH enfatiza la importancia de enfoques personalizados que se alineen con preferencias personales, estilos de aprendizaje y rutinas diarias. Fomenta abrazar la creatividad, la flexibilidad y la adaptabilidad para encontrar lo que funciona mejor para cada persona.
Al enfocarse en el proceso de cómo manejar el TDAH en lugar de simplemente seguir una lista prescrita de acciones, las personas pueden desbloquear su potencial, mejorar la autoestima y llevar una vida más satisfactoria. Aprovechando la hiperfocalización, adoptando el pensamiento divergente, creando un entorno organizado, utilizando la tecnología y todas las herramientas disponibles, las personas TDAH pueden prosperar de manera creativa y tener un impacto duradero en los campos elegidos y en sus propios intereses. Celebremos e incentivemos los increíbles dones que pensar de manera diferente puede aportar al mundo.
A menudo se considera que la etiqueta diagnóstica obtenida a través de un proceso diagnóstico no solo es patologizante, sino también un fin en sí misma.
Este punto de vista tiende a ver el diagnóstico como una simple marca negativa, capaz solo de encasillar al individuo dentro de una categoría patológica, privándolo de su singularidad y complejidad.
Sin embargo, esta percepción puede ser limitante y superficial, especialmente cuando hablamos de condiciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
En realidad, un diagnóstico puede representar mucho más que una simple etiqueta. Puede ser un verdadero vaso de Pandora que, una vez abierto, permite emprender un viaje de autoconocimiento hacia uno mismo y la propia manera de funcionar.
Este proceso de autoconocimiento permite comprender mejor las propias características, fortalezas y áreas de dificultad, y desarrollar estrategias personalizadas para afrontar los desafíos diarios.
En el caso específico del TDAH, un diagnóstico preciso puede ayudar a resaltar elementos y características que, si se gestionan y comprenden correctamente con la ayuda de un profesional, pueden convertirse en fortalezas.
Es el caso, por ejemplo, de la hiperfocalización y el pensamiento divergente.
Estas características, que pueden considerarse problemáticas en un contexto rígido y poco flexible, pueden convertirse en recursos valiosos en entornos dinámicos e innovadores.
Con el apoyo de un profesional, es posible aprender a aprovechar las características positivas de la neurodivergencia.
De este modo, lo que inicialmente se percibía como un límite puede transformarse en una razón por la cual somos recordados y valorados positivamente.
Además, la conciencia y aceptación de la propia condición puede ayudar a reducir la frustración y la sensación de insuficiencia, promoviendo un mayor bienestar psicológico y una autoestima más sólida. Este cambio de perspectiva puede influir positivamente no solo en el individuo, sino también en las relaciones interpersonales y en el entorno laboral o académico.
Por lo tanto, el diagnóstico de TDAH, lejos de ser una simple etiqueta patologizante, puede convertirse en un punto de partida para un proceso de crecimiento personal.
A través de una mayor comprensión de uno mismo y de sus particularidades, y con el apoyo adecuado, es posible transformar una dificultad potencial en una serie de oportunidades, aprovechando al máximo las características únicas que la neurodivergencia aporta.



